domingo, 12 de noviembre de 2017

Espadas de Marte

El octavo volumen de la saga de Barsoom sigue el esquema clásico que ya esbocé al comentar el séptimo. Si acaso, la novedad es que el protagonista principal vuelve a ser John Carter, en lugar de cualquier otro héroe terrestre o marciano.
De hecho, esta novela podría pertenecer tranquilamente al género de espada y brujería si no transcurriera en Marte (y sus satélites) y, en lugar de recurrir a la ciencia (ficticia, pero ciencia al fin y al cabo), usaran la magia para cambiar de tamaño. Por lo demás, reúne todos los tópicos del género: buenos buenísimos, malos malísimos, villanos rastreros, villanos honorables, mujeres despampanantes (parece que las terrestres se llevan el título de Miss Universo sólo porque no participan las marcianas, porque ni una sola de las que aparecen en las novelas de Burroughs es siquiera medio fea) que se enamoran instantáneamente del héroe (o de los amigos del héroe cuando, como es el caso, el corazón de éste ya tiene dueña), razas exóticas.
Por lo demás, el final es lo único que se aparta de la norma, ya que el libro no termina con un apasionado beso del héroe y su amada, sino de una estocada fatal que el villano honorable asesta al malo malísimo, mientras que el villano rastrero parece irse de rositas…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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