jueves, 16 de noviembre de 2017

Mentirosos y cojos

Si ayer decía que desde que salió la noticia de las listas separadas habían pasado un montón de cosas, hoy empiezo a comentar esas cosas.
Y la primera cosa a comentar fue que, decretada la aplicación del artículo 155 de la Constitucion Española, a Cocomocho le faltó tiempo para salir por patas y cruzar la frontera rumbo a Europa. A Bruselas, concretamente, a entregarse a la policía belga.
Como él precisó, no iba a Bélgica, sino a Bruselas. Con ello supongo que quería implicar que no pretendía ponerse bajo el amparo de las autoridades del pequeño país entre Francia y los Países Bajos, sino de las autoridades de ese ente supranacional al que proclamaban que Cataluña seguiría perteneciendo una vez se emancipara de la ladrona España, por más que esas mismas autoridades negaran tal posibilidad por activa, por pasiva y hasta por perifrástica.
No deja de ser curioso (dicho sea animus iocandi) que él y los que le acompañaban en su huida (o retirada estratégica, si queremos ser misericordiosos) solicitaran declarar en flamenco. Si bien el neerlandés (grupo de lenguas al que pertenece la variedad hablada en las provincias septentrionales de Bélgica y en Bruselas) es lengua oficial de la Unión Europea, no es menos cierto que tiene una difusión menor (y, a priori, menor posibilidad de conocimiento: estaría dispuesto a jugarme pincho de tortilla y caña a que los golpistas huidos son incapaces siquiera de decir España nos roba en ese idioma) que otras como podrían ser el francés (también hablado en Bélgica), el inglés (¿quién no habla ese idioma actualmente? Salvo los presidentes de Gobierno españoles, quiero decir) o, por decirlo claramente, el español.
Como siempre, se les vio el plumero: lo que pretendían es que les fuera asignado un juez que hablara esa lengua y que, presumiblemente, sería de ese origen geográfico, lo que a priori le predispondría a favor de los planteamientos que pudieran hacer los fugados, como a favor estuvo el alto cargo de la Administración belga que fue reprendido por manifestarse favorable a la declaración unilateral de independencia (cada vez que leo DUI automáticamente pienso en un anticonceptivo femenino, vaya usted a saber por qué).
Y así fue: Cocomocho y los huidos quedaron en libertad a la espera de que se resolviera su extradición, ya que el juez belga decretó libertad con medidas cautelares en tanto en cuanto un tribunal no decidiera sobre la euro orden de detención.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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