jueves, 2 de julio de 2020

Honor entre malhechores

Una cosa hay que reconocerle al desgobierno socialcomunista, y es que se cubren unos a otros las espaldas -otros, quizá algo más malpensados, diríamos que se tapan las verguenzas- con una lealtad encomiable.
Da lo mismo lo que se le impute, el afectado lo negará; y allá que irán sus compañeros del consejo de ninistros en tropel, prestos a apuntalar lo afirmado por el primero. Quizá sea -volvemos los malpensados- porque temen que, si dejan a la intemperie a alguno, los demás irán cayendo como las cartas de un castillo de naipes.
Da lo mismo que, tras afirmar el ministro Pekeño que destituyó al coronel Pérez de los Cobos en el marco de una reorganización del cuerpo, se demostrara que lo hizo por no informarle de la investigación en el caso del 8-M. El guardia civil no hizo sino cumplir con su deber, que era atender las órdenes de la juez que instruía el caso, pero eso no le importó a quien contribuyó a la aplicación inmediata de la derogación de la doctrina Parot.
Como tampoco le importó a la portacoz gubernamental, que dijo que las mentiras e injerencias de su compañero de gabinete no son tales, sino que se trata de una conspiración, pues el juez en excedencia (me supongo) siempre ha hecho un trabajo exquisito y con rigor.
Rigor mortis, el de las más de cuarenta mil muertes causadas por la inepcia de este desgobierno criminal.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: