Algo tiene la máxima representación del Estado en Cataluña -porque eso, y no otra cosa, es el presidente del consejo regional de gobierno- que hace que todos los que ocupan el puesto se crean una especie de mezcla de Montesquieu, Maquiavelo, Wilfredo el Velloso, Moisés y Martin Luther King Jr. en cuanto a sabiduría política y trascendencia histórica.
Ya seas Cocomocho o Chistorra,
te crees llamado a los más altos destinos y hablas como si fueras el cruce
entre el oráculo de Delfos y la encarnación viva de Cataluña. Lanzarás tus
proclamas como si fueran dogma de fe y como si nadie supiera del tema más que
tú ni pudiera hacerlo mejor.
Ha sido el caso de Chistorra,
que ha empezado el mes -o terminado el anterior, tanto da- arremetiendo contra
su sucesor en el cargo -siguiendo la pauta de sus predecesores, es sólo cuestión de tiempo que inhabiliten también al que porta en su apellido la verdadera realidad histórica de Cataluña, y cuyo segundo apellido resulta ser el muy españolísimo García- y acusando a ierreceos y jotaporcatos
de haber hecho descarrilar el independentismo.
A ver si ha sido el tan manido choque de trenes lo que os ha hecho descarrilar…
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