Los
neocom españoles irrumpieron en la
arena política clamando contra la casta,
diciendo defender a la gente y
proclamando que ellos no eran como los políticos de siempre, sino que eran
diferentes. El tiempo se ha encargado de demostrar lo que algunos ya sabíamos:
que en cuanto tocaran poder, se volverían casta,
se olvidarían de la gente salvo como
recurso retórico, y no es que fueran diferentes a los políticos de siempre, sino que eran una versión
corregida y aumentada (a peor, por supuesto).
Cuando
todavía no se habían separado del perro ni abandonado la flauta proclamaban que
cuando la más mínima sombra de sospecha delictual cayera sobre un cargo
público, ese cargo público debería apresurarse a dimitir de todos sus puestos y
poco menos que correr a encerrarse en una celda, echar la cerradura y tirar la
llave bien lejos. Incluso tuvieron el cuajo de incluir en su sedicente código
ético lo siguiente:
Compromiso de renuncia o cese de forma inmediata de todos los cargos, ante la imputación por la judicatura de delitos relacionados con corrupción, prevaricación con ánimo de lucro, tráfico de influencias, enriquecimiento injusto con recursos públicos o privados, cohecho, malversación y apropiación de fondos públicos, bien sea por interés propio o para favorecer a terceras personas. Así como también en casos de acusación judicial por delitos de racismo, xenofobia, violencia de género, homofobia u otros delitos contra los Derechos Humanos o los derechos de las personas trabajadoras.
Dos
de los concejales neocom en el
Ayuntamiento de Madrid, Sánchez Mato y Celia Mayer, han sido imputados en el
caso Open de Madrid de tenis por
malversación, prevaricación y delito societario, al encargar a dedo informes
jurídicos que les permitieran no celebrar dicho evento deportivo. Sin embargo, entienden
que no incumplen el código ético de Ahora
Madrid. En mi opinión, por lo menos su actuación cae dentro de la malversación de fondos públicos que
incluye su código como causa de abandono imnediato (motu proprio o con patada
en el tafanario) del puesto público.
Mientras
doña Rojelia, que nunca está cuando
se la necesita (bien es cierto que, en general, lo que hace es estorbar), se encontraba
de viaje institucional en Canadá. Rita Maestripper
habló en su nombre y aseguró que la regidora apoya sin fisuras a sus dos
concejales imputados por malversación, prevaricación y delito societario.
El argumentario
empleado para salvar, al menos de momento, a los dos concejales se basa en dos
principios: el fin justifica los medios (Maquiavelo redivivo medio milenio
después) y la maquinaria del fango –habló de putas la Tacones- puesta supuestamente a funcionar como cortina de humo de
la corrupción del PP.
Como
la mejor defensa es un ataque, aunque sea patético, el simiesco Aquítepilloaquítemato dijo que su situación
no tiene nada que ver con la de la delegada del Gobierno, Concepción Dancausa, y
volvió a pedir su dimisión por estar investigada por delito societario.
Mientras, Junior declaró que los
suprascritos no debían dimitir (a día de hoy aún no lo han hecho, ni hay
trazas) porque habían tenido un comportamiento ejemplar.
Tan
ejemplar no sería cuando los servicios jurídicos del Ayuntamiento indicaron en varias ocasiones a los ediles imputados el camino a seguir y éstos ignoraron
dichas indicaciones...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario