jueves, 13 de julio de 2017

Menos coca y más estudiar

Una de las consecuencias del paso de Rodríguez por la secretaría general de los socialistas españoles fue que dejó el partido convertido en un erial intelectual. Antes no es que fuera precisamente el culmen de la erudición y la inteligencia, pero alguno se salvaba de la quema. Básicamente, supongo, porque recibieron su educación dentro del sistema lectivo franquista, que sería lo que fuera, pero salías sabiendo cosas (y a mucha honra).
Ahora, los que están son fruto de la LOGSE y demás leyes relacionadas, es decir, que son poco más que burros titulados (y que me perdonen los nobles jumentos, animales inteligentes donde los haya, del Platero juanramoniano al Rucio cervantino). Esto explicaría la cantidad de tonterías que son capaces de exponer sin el menor rubor, a propósito de casi cualquier tema, confiando probablemente en que su electorado (el que les queda) se tragará las ruedas de molino que les presenten, por enormes que sean.
Tomemos el caso de la (actual) número dos del partido de la mano y el capullo, una asturiana de treinta y ocho tacos que responde al nombre de Adriana Lastra. Forzada a explicar el asunto del sí pero no pero depende del partido con relación a la cuestión territorial de España (algo en la que los equilibrios verbales de los suciolistos son abracadabrantes, como en el caso del llamado federalismo asimétrico maragalliano, lo que en la práctica suponía establecer –al menos- dos categorías de ciudadanos), la susodicha puso a Bolivia como ejemplo de estado plurinacional.
Sin entrar a discutir si el país andino es realmente un estado plurinacional, o sólo lo es sobre el papel, uno se entera de que la constitución del país presidido por el mestizo (colijo) de nombre tan poco indígena como Evo incluye naciones de apenas cuarenta habitantes (hay más gente en mi manzana... ¡qué digo, probablemente hay más gente en mi portal!) y reconoce treinta y siete idiomas oficiales.
Mientras, la franquicia andaluza de los socialistas no sabe si la plurinacionalidad supondría privilegios para algunas regiones. Pues tranquilos, que yo se lo aclaro. Desengañaos, majetes: por supuesto que sí. Y no precisamente para vosotros, apostaría.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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