Este segundo volumen de la trilogía que Robert Harris ha escrito sobre Marco Tulio Cicerón tiene dos partes muy diferenciadas. La primera se refiere al año en que el protagonista ocupó el consulado, probablemente su etapa de mayor gloria política al hacer frente a la conjura de Catilina. Hay que decir que Harris tira de fuentes clásicas y reproduce varios extractos de la primera Catilinaria, especialmente el celebérrimo Quosque tandem Catilina abutere patientia nostra?
La segunda parte comprende el quinquenio (el lustro que da su título original al volumen) que siguió al consulado, etapa en la que Cicerón, quizá por no saber elegir bien a sus enemigos, quizá por tener demasiado principios (a diferencia de los miembros del primer triunvirato, que demuestran no tener ninguno), va cayendo progresivamente en desgracia hasta tener que optar por el exilio para salvar la vida.
En este segundo volumen se va perfilando el retrato de Julio César como prototipo de político frío, capaz de sacrificarlo absolutamente todo para alcanzar el poder total.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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