Cuando
leí el titular Puigdemont dice que hay que combatir contra el Estado con la misma persistencia que contra ETA
pensé que de ahí podría sacar una entrada interesante. Lo malo es que, tres
semanas después, no estoy seguro de qué reflexiones sobre la marcha suscitó el
titular de marras.
En
cualquier caso, hay otras reflexiones que me surgen a la hora de escribirla
(quizá fueran las mismas que olvidé, quizá no… quién sabe). Si los necionanistas catalanes emplean en su
lucha contra el Estado la misma persistencia
que contra ETA, ya sabemos cómo acabará la cosa: en una reunión sin luz y
taquígrafos en la que se acordará que el Estado no mate en Cataluña, al tiempo
que los secesionistas se comprometen a defender al Estado en los foros
internacionales.
¿Kafkiano?
Desde luego. Pero no conviene olvidar que eso fue lo que ocurrió cuando Pérez
(otro vendrá que bueno te hará) se reunió, en su calidad de segundo del consejo
de gobierno autonómico, con los representantes de la banda asesina de
ultraizquierda.
Algunos
en Cataluña, por lo visto, no olvidan eso. En un acto de homenaje a las
víctimas de la masacre de Hipercor, el máximo representante del Estado en
Cataluña (pues eso, y no otra cosa, es el presidente del consejo de gobierno de
la comunidad autónoma) fue interrumpido al grito de Viva España y golpista. Tuvo
que ser el presidente de ACVOT (deduzco que son las siglas de Asociación Catalana de Víctimas del
Terrorismo; no sé qué será la O, ni me importa, porque me da la impresión
de que el sujeto –como gran parte de la jerarquía católica en la región- se considera, antes
y por encima de cualquier otra cosa, catalán) el que pidiera que dejaran
continuar a Puigdemont.
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