Los progres son gente con la piel muy
fina. Defienden su derecho a expresar cualquier idea… siempre que concuerde con
las suyas. En cambio, ponen a caer de un burro a quienes les contradicen, y no
hablemos ya de sacarles las vergüenzas o señalarles las incoherencias: serán tachados
de fascistas o antidemócratas.
Es conocida la antipatía recíproca que
se profesan el periodista y ahora eurodiputado Hermann Tertsch y Junior. El primero ha opinado en Twitter
que la situación en España podría ser susceptible de aplicar el artículo 8 de
la Constitución, que establece (y no que asegura,
como dice el artículo al que enlazo) que las Fuerzas Armadas tienen como misión
garantizar la soberanía e independencia de España.
De aquí, el Chepas ha deducido que el pariente de las De Palacio del Valle
Lersundi lo que hace es un llamamiento a las Fuerzas Armadas a derrocar al
Gobierno que salga del Congreso de los Diputados, y por ello insinúa que a lo mejor hay que solicitar un suplicatorio
para juzgar a este señor, porque esto es enormemente grave. Ya; y decir en voz alta que le gustaría azotar a una determinada periodista hasta que sangre es una muestra de feminismo galopante, ¿no?
Todavía debería alegrarme de que mi
blog sea relativamente poco conocido, teniendo en cuenta que lo que Junior insinúa que insinúa Tertsch
podría igualmente deducirse de lo que yo llevo años escribiendo.
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