martes, 12 de noviembre de 2019

Dime de qué presumes

Cuando los neocom llegaron a la arena política, lo hicieron alardeando de que ellos no eran como la casta, sino que eran honrados a carta cabal y que mirarían siempre por la gente. El enterrador de Izquierda Hundida (vale, un paleocom tan inane que hace bueno hasta a Llamazares… y ya es decir) incluso llegó a decir que alguien de izquierdas viene a ser genéticamente incapaz de delinquir… lo que daría un fundamento científico a aquello que dijo el hermano de miemmano de que los socialistas podrían meter la pata, pero jamás la mano.
Pues resulta que, una vez encaramados a la poltrona, los adalides de la nueva política se comportan exactamente igual que los vilipendiados (por ellos) representantes de la vieja política. No sólo colocan a cuanto conocido (pareja, ex pareja, padre, hijo, primo de una tía segunda…) pasaba por allí, sino que incluso pergeñan fondos millonarios sin control para entregar a proyectos afines.
Es el caso de Madrid cuando estaba regido por doña Rojelia, Rita Maestripper y demás patulea: las seis entidades que optaban al concurso fueron constituidas justo cuando se anunció. Menos mal que llegó el trifachito a la plaza de Cibeles y cerraron el grifo.
Treinta millones del ala que nos hemos ahorrado los madrileños…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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