jueves, 28 de noviembre de 2019

Vive la France!

Cuando a los catalanes les han entrado ganas de separarse de España, siempre han vuelto sus ojos, con lógica relativa, hacia Francia.
Y digo lo de relativa porque, efectivamente, Francia es el país que está al otro lado de los Pirineos (de hecho, el Rosellón era la Cataluña Norte), y parece la opción más inmediata para cambiar de país (no iban a unirse a Alemania, por poner un ejemplo un poco más alejado).
Pero en cuanto a libertades, eso es otro cantar. Francia no permite veleidades nacionalistas (que se lo digan a los corsos), ni el uso de otra lengua que no sea el francés. Tan clara está la cosa que no mucho después del Corpus de sangre los catalanes se apresuraron a volver bajo las alas de Felipe IV, donde se estaba mejor (o, al menos, no tan mal).
Ahora, casi cuatro siglos después, las cosas no han cambiado. Mientras a este lado de la frontera las fuerzas del orden, por complicidad o por acomplejamiento, dejan que los terroristas urbanos corten carreteras y estaciones de tren, al otro lado la policía no se anda con tonterías: si se les planta un tsunami (anti) democrático, se apresuran a disolverlo, con gas o con lo que haga falta.
Y es que, catanazis, a veces más vale lo malo conocido...
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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