sábado, 16 de noviembre de 2019

Fin de guardia

Servidor está predispuesto a que le gusten los libros de Stephen King. No deja de ser irónico que fuera un autor que esquivé hasta bien entrada mi segunda década de vida, y que me estrenara con It, quizá no la mejor de sus obras pero sí la sublimación de su estilo (algo parecido a lo que ocurre con La alternativa del diablo y Frederick Forsyth, que también fue el primer libro que leí del británico).
A lo que iba. Esta novela cierra la trilogía que el autor de Maine dedica a Bill Hodges. Tiene, por tanto, un aire cierto (que no un cierto aire) a melancolía, a acabarse, a fin de un ciclo, desde el título hasta la última página… aunque, por lo que he leído en Wikipedia, parece que Holly Gibney aparece en al menos una obra posterior de King (posterior tanto en su fecha de elaboración como en su posición dentro de la cronología interna de lo que podríamos llamar el Kingverso, el mundo en el que transcurren las historias de Stephen King), así que…
Mr. Mercedes se caracterizó por ser una novela, llamémosla así, realista: nada de demonios o monstruos (al menos, en el aspecto físico), nada de poderes paranormales, nada de entidades sobrenaturales. King ya había tenido obras de este estilo –Cujo es la primera que me viene a la mente-, aunque ninguna de esta temática (lo que podríamos llamar género policíaco).
Quien pierde, paga siguió más o menos esta línea, pero ya apuntaba elementos fantasiosos. Esa tendencia cristaliza en la tercera parte: es un elemento pequeño –que no voy a descubrir aquí- pero esencial para la trama, que para el resto se apoya en elementos completa y (podríamos decir) científicamente tangibles.
A pesar de todo, casi estoy por perdonárselo al autor. Como he dicho al principio, estoy predispuesto a que me gusten sus novelas, y me gusta ese estilo que tiene y que llamo de bola de nieve: empieza despacio para luego ir acelerando y acelerando. Aunque aquí hay un matiz, porque poco después de mitad de la novela parece ralentizar el paso y narrar los últimos sucesos con más calma, o por mejor decir a cámara lenta.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: