El desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer nunca ha mirado por los españoles. Nunca lo ha hecho, en ningún asunto; pero en lo relativo a la pandemia de la Covid-19, menos aún. Ha mirado, lisa y llanamente, por sus propios objetivos. O, podríamos decir, su único objetivo: seguir detentando el poder, tanto tiempo como les sea posible.
Y para lograrlo les ha dado lo
mismo la salud e incluso la vida de los españoles. Les dio lo mismo hace más de
un año, negando la pandemia cuando ya era notorio que algo pasaba: ellos lo sabían,
pero callaron. Lo hicieron promoviendo los aquelarres feminazis del 8 de Marzo,
que sirvieron de acelerante de los contagios. Lo hicieron comprando poco, tarde
y mal, teniendo más medios que cualquiera de las regiones, que lo hicieron
mucho mejor que ellos (tampoco era demasiado difícil, la verdad).
Y lo han vuelto a hacer, con sus
titubeos, sus vacilaciones, sus cambios de opinión, sus rectificaciones… sus
bandazos, en definitiva, en relación con la vacuna de Astra Zeneca. La decisión tomada -posponer su decisión sobre la segunda dosis de AstraZeneca cuatro semanas más- va a suponer el riesgo de pérdida de anticuerpos para miles de personas. Pero a ellos qué más les da: siguen instalados en el machito, aunque
sea sobre una pila de cadáveres que cada día que pasa crece más y más.
Por ello, y por mucho más…
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