En tiempos no tan lejanos, los dirigentes políticos podían mentir alegremente, en la confianza de pocos se percatarían de sus embustes, y estos pocos tendrían difícil hacerlo saber al público en general. Pero las cosas han cambiado.
Ahora, todo se sabe casi
instantáneamente, y cualquier noticia, sea verdadera o falsa, corre como la
pólvora y es conocida casi universalmente (tómese como una exageración, claro:
al igual que Miss Universo no es la mujer más hermosa de toda la Creación, sino
únicamente del planeta Tierra, el conocimiento al que me refiero no sobrepasa
el tercer planeta del Sistema Solar, con la posible excepción de la Estación
Espacial Internacional).
Por eso, que el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer de unas cifras del nivel de empleo, pretendiendo que las gente las tenga por buenas, es como hacerse trampas al solitario. Porque las cifras del mercado laboral son desastrosas una vez se descuenta el maquillaje estadístico del gobierno.
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