jueves, 13 de mayo de 2021

Resucitemos a Montesquieu

Cuando la noticia que voy a comentar se produjo, no era todavía público que el Chepas abandonaría la política.

Por eso, a tres semanas vista, la cosa resulta premonitoria. Porque la primera noticia es que el ninistro de Injusticia tuvo que retirar la proyectada reforma de la elección de los miembros del consejo general del poder judicial tras exigírselo Bruselas. Añadió, eso sí, que confiaba en un acuerdo tras las elecciones regionales madrileñas del 4 de Mayo pasado.

Todos pensamos que se refería a que, rebajada (siquiera momentáneamente) la tensión política, y lejanas (a priori) las siguientes elecciones, nacionales, regionales o municipales, se podría llegar a algún tipo de cambalache.

No sabíamos que tras las elecciones madrileñas -aunque cabría suponerlo, porque Junior nunca ha soportado ser segundo de nadie, y todos los pronósticos aventuraban que los neocom se iban a pegar un tortazo de proporciones catedralicias-, el marqués de Galapagar daría la espantá y se eliminaría, por tanto, la principal excusa de los populares para poder llegar a un acuerdo.

Pero no debería ser así. La principal dificultad para llegar a un acuerdo de renovación sobre las bases actuales habría de ser, precisamente, la existencia de esas bases. Porque la voluntad inamovible, inmutable, de los socialistas, desde un principio -Montesquieu ha muerto- fue controlar el llamado órgano de gobierno de los jueces. Y no sólo por cómo elegía a sus miembros, sino a quiénes elegía, porque ha incluido allí a personas que juristas poco, y prestigio reconocido menos, pero comisarios políticos a jornada completa.

Los jueces, pues, deberían elegir a quienes les gobiernen. Por ellos y de entre ellos.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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