Mañana
diré algo más, pero ahora mismo se plantean tres posibles escenarios para la
segunda vuelta (porque lo raro sería que no la hubiera; tan raro es que todos
los locutores que he oído hoy la dan por hecha): o no pasa ninguno de los dos
partidos de los extremos (manda huevos que a Marine Le Pen la llamen
ultraderechista, mientras que al comunista le llamen de izquierda radical… de ultraizquierda, coño, de ultraizquierda),
en cuyo caso puede pasar cualquier cosa; o pasa sólo uno de los dos, supuesto
en el que es casi seguro que el otro candidato ganará de calle las
presidenciales, como ocurrió con el segundo mandato de Chirac al enfrentarse a
Le Pen padre; o pasan los dos… momento en el que habrá que encomendarse al
Altísimo, porque será como elegir entre Guatemala y Guatepeor, y una muestra de
que Europa en general, y los franceses en particular, han perdido el seso.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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