Ten cuidado con lo
que deseas, no sea que se haga realidad, podría ser el mensaje de esta historia. Una
historia que, al menos en la versión en español, parece más un ejercicio de
estilo que una verdadera obra de narrativa. Si quitamos todo lo superfluo, las
reiteraciones en los adjetivos, las repeticiones encadenadas, lo que queda es
la manida historia de chico conoce chica,
chico pierde chica, chico busca chica, chico y chica se reúnen.
En
cuanto a la supuesta influencia que esta novela pudiera tener en la obra de
Tolkien, por aquello de que una mujer elfo, inmortal, se enamora de un humano,
mortal, no va más allá de esa premisa. El desarrollo de la historia es
completamente diferente, ya que la elfo no renuncia en la obra de Dunsany a su
inmortalidad sino que, parece, es el humano el que, al final de la historia,
alcanza la inmortalidad por gracia del padre
de la chica (algo parecido a tantas y tantas historias de la mitología
grecorromana, empezando por la de Heracles/Hércules)… suegro que, al final de
la historia y en un giro completamente inesperado, estira la pata.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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