Cuando
la banda terrorista vasca de ultraizquierda anunció su (por el momento) última
tregua indefinida, la izquierda se apresuró a proclamar que VIL (VIL =
Vascongadas Y Libertad = Euskadi Ta Askatasuna = ETA. ¿Casualidad? Quizá, pero
curioso…) había sido derrotada (y a atribuirse el mérito de esa derrota,
faltaría más). La derecha maricomplejines,
para no ser menos, se sumó a la celebración de tal (presunta) victoria. Sólo
las víctimas señalaron lo evidente: los asesinos ya no mataban porque no
podían… y porque no les hacía falta.
Cuando
esos mismos encapuchados anunciaron la entrega de sus armas, entrega auspiciada
por unos verificadores de, cuando
menos, dudosas credenciales (la reputación es indudablemente mala), la situación se repitió: la izquierda dijo que el
Estado de Derecho había triunfado (y que el mérito era suyo), la derecha lo
corroboró y las víctimas volvieron a señalar las verdades del barquero. Cuando
los verificadores dijeron que la
actitud de los españoles era primitiva
por haber buscado la derrota de los terroristas, nadie dijo nada (a veces, el
silencio es la mejor respuesta).
No
creo que haga falta aclararlo, pero por izquierda
hay que entender PSOE, y por derecha
PP. En cuanto a la entrega de las armas…
bueno, ni siquiera entregaron todas las armas que robaron hace una década. Como
han dicho los de Ciudadanos, un circo.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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