Después
de leer Ready player one, la opera prima de Ernest Cline, tenía
puestas bastantes expectativas en su siguiente novela, la Armada de la que trata esta entrada. Y tengo que decir que me ha
decepcionado.
Entiéndaseme,
no es mala. No completamente, al menos. Tiene (casi) todos los elementos que
hicieron que su primera novela me encantara: homenajes a la cultura pop de los
ochenta y noventa, coincidencia con mis gustos, personajes de la edad
(aproximada) que tenía en aquella época… Sin embargo, le falta el yenesecuá, ese algo indefinible que hace
que una obra te guste o no te guste. Y la originalidad.
El
estilo de redacción (o el de traducción), por otra parte, me recuerda demasiado
al de algunos fanfics que conozco (de
hecho, en los que he participado), lo cual refuerza la impresión de que la obra
ha sido realizada con más entusiasmo (por la abrumadora cantidad de
referencias, tanto explícitas o evidentes –un personaje de apellido Lightman
participa en un simulacro de guerra apocalíptica… ¿de qué me suena?- como
implícitas) que talento (que algo de talento hay, vamos a reconocerlo).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario