Leer
este libro es la consecuencia lógica, casi ineludible, de haber leido La sonrisa de Mandela tras haber visto Invictus, aunque luego me haya enterado
de que el autor es un progre de la peor calaña.
Naturalmente,
como casi todo el mundo, conocía las líneas generales de la peripecia vital de
Nelson Mandela. Ver la película dirigida por Clint Eastwood no me movió a leer
el libro en el que se basaba: la película me gustó, pero su mensaje me pareció
demasiado obvio, demasiado evidente. Sin embargo, leer el librito que me vino
regalado (es un decir) con el Muy
Interesante sí que me impulsó a comprar el
libro sobre esa persona capaz de convencer a los esquimales de que
compren un frigorífico y que piensen, encima, que han hecho un buen trato.
El
libro no es una biografía al uso, ni siquiera referida a los diez años en los
que se desarrolla la mayor parte de lo narrado, sino más bien una crónica de la
intrahistoria que condujo a la victoria de Sudáfrica en el campeonato mundial
de rugby que organizó. Mandela sale muy bien parado; tanto que es difícil de
creer que alguien con tantas luces (y no hablo en el sentido de inteligencia)
no tuviera alguna sombra.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario