lunes, 3 de abril de 2017

Susanita da el paso

Finalmente, la baronesa andaluza dio el paso y se presentó como candidata para las primarias del Partido Socialista. Tras mucho amagar, no le quedaba otra opción: si se presentaba y perdía, malo; pero si no se presentaba, peor, porque había dejado pasar demasiados trenes.
El problema de Susana Díaz es que en su vida ha ganado ninguna confrontación electoral. Llegó al palacio de San Telmo tras ser designada por el dedo de su predecesor (parece que un dedo de izquierdas es mucho menos reprobable, para las izquierdas, que un dedo de derechas), y cuando convocó elecciones para apuntalar su exigua mayoría relativa, si bien es cierto que obtuvo el primer puesto tanto en votos como en escaños, no es menos cierto que su mayoría parlamentaria quedó disminuida.
El problema es que menos de un veinte por ciento de los militantes socialistas quieren que lidere el partido. Tras década y media larga de radicalización, primero con el rodrigato y luego con el mucho más breve sanchezato (o sanchato), la perciben como lo que es, como un miembro de ese aparato que, imbuido del espíritu lampedusiano, lo que más desean es que todo siga como está. Quizá por eso, la presidenta andaluza es la favorita… entre los votantes del PP (la prefieren en un 50,5% de los casos), mientras que Sánchez arrasa entre los podemitas. Será porque los primeros esperan que con la candidata se pueda hablar, mientras que los segundos saben que con el segundo es con el único con el que tienen posibilidades de alcanzar un acuerdo.
Será porque tanto Susana como Francisco saben que dan la mano a los neocom, éstos no es que se la muerdan: es que la devoran hasta el otro brazo.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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