miércoles, 19 de abril de 2017

La tolerancia del Islam

Los apologetas (¿o quintacolumnistas?) del Islam en las sociedades occidentales no se cansan de decir que los seguidores de Mahoma son, en general, pacíficos y tolerantes y que, por lo tanto, aquellos que hacen una interpretación radical de su doctrina son la excepción, no la regla.
Es como con la corrupción en el PSOE a finales de los ochenta y principios de los noventa: ¿cuántos casos aislados hacen falta para que lo que llaman excepciones sean considerados como norma general? Los terroristas musulmanes son la excepción, no la norma, por más que la mayoría de los musulmanes no condenen sus atrocidades o, cuando lo hacen, sea en general de una manera tibia. Los musulmanes exigen (no piden, exigen) que se respeten sus costumbres en aquellos países que los acogen, mientras que en los países confesionalmente musulmanes (que son legión, mientras que la mayoría de las naciones occidentales se declaran aconfesionales) también se deben respetar las costumbres… musulmanas: si un saudí visita el Vaticano, se han de tapar las partes pudendas de las estatuas para no ofender al visitante; y si una occidental visita Arabia Saudí, salvo que tenga los ovarios muy bien puestos, ha de taparse con un velo para no ofender a aquél al que se visita.
Por eso, cuando uno lee el titular de que han detenido a los padres de una joven a la que maltrataban por no ser lo bastante musulmana, los progres dirán, en el mejor de los casos, que se trata de una anormalidad o una excepción, mientras que algunos nos tememos, por el contrario, que no sea más que la punta del iceberg.

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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