No
constituye ninguna sorpresa que el grupo neocom
en el Congreso de los Diputados haya recibido hace un par de semanas en la
cámara baja a las familias de los que en Alsasua agredieron a dos guardias
civiles y a sus parejas.
Tampoco
resulta sorprendente la justificación que dieron, al decir que tanto los
guardias civiles como sus agresores son víctimas. Es la pretendida equidistancia de los filoterroristas,
que no es tal, puesto que el que declara tal imparcialidad está, en realidad,
del lado de los terroristas, ya que en la elección entre el bien y el mal no
cabe término medio: el que no está con el bien, está contra él.
Y,
desgraciadamente, tampoco resulta inaudito el leer que cuando una mujer echó de
su propia casa a aquellos que la ocupaban ilegalmente (esos a los que se suele
denominar con ese apócope con la letra ka), la policía acudiera… para detener a la propietaria.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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