Si
ayer hablábamos (me encanta esto del hablo en plural aunque sólo sea uno) de los neocom
valencianos y su afán por controlar cómo se transmite la información que les
afecta, hoy toca hablar de la bruja
Piruja, esa actriz fracasada sin oficio ni beneficio que, no habiendo
ganado las elecciones municipales, rige los destinos de la segunda ciudad más
importante de España.
Este
inefable personaje –porque las palabras se demuestran insuficientes a la hora
de describirla- ha declarado su intención de crear una base informativa (así la
denominan ellos) con datos económicos, sexuales e ideológicos de guardias
urbanos, mozos y alumnos del Instituto de Seguridad Pública.
No
deja de ser paradigmático que, siendo uno de los mantras de la izquierda el de
la libertad de las personas para ser como quieran ser, se esfuercen tan
denodadamente por controlar todos los aspectos de la vida de la gente. Quizá
por ello, cuando la izquierda monta uno de sus paraísos, llámese Cuba o Corea del Norte, lo que intenta la gente
es huir del mismo, no entrar en él.
Excepciones
hechas de sinsorgos como Guillermo Toledo, claro. Pero esa es otra historia…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario