Iba
a decir que uno de los pecados de los que creo estar libre es el de la codicia,
en el sentido de querer más de lo que se tiene. No creo que nadie, salvo acaso
los santos, se vea libre del mismo. Otra cosa es que uno nunca tenga bastante
con lo que tiene y busque siempre conseguir más y más, aun cuando tenga ya
suficiente, no sólo para vivir holgadamente, sino para que lo hagan incluso sus
hijos.
Es
el caso de Ignacio Urdangarín (nunca he entendido esa manía de no usar un
nombre tan vasco como Ignacio, sustituyéndolo por el Iñaki de las narices), cuñado de Su Majestad el Rey. Como suele
decirse, dio el braguetazo (no me crucé con esa expresión hasta mi último año
en el colegio, y de primeras no supe lo que significaba) casándose con la infanta
Cristina, lo que, en principio, debería haberle asegurado un cómodo porvenir.
Sin
embargo, el antiguo jugador de balonmano del Barcelona (no creo que haya
relación de causa a efecto, aunque no ha sido el único vinculado con la entidad
rojiazul que ha tenido problemas con el fisco) no tuvo suficiente, y se dedicó
tanto a trapichear en el tráfico de influencias (¿qué más influencia que ser
yerno del Jefe del Estado?) como a ocultar esos trapicheos a Hacienda, con lo
que incurría en delito fiscal. En los trapicheos cabía conceder el beneficio de
la duda, en el sentido de que podrían no ser estéticos sin dejar de ser éticos
(ojo, que no digo que lo fueran o lo dejaran de ser, sólo que cabe la
posibilidad); en la defraudación en los impuestos, no.
Su
mujer se libró echando por tierra tantas décadas de lucha por la liberación
femenina (no sé, no me enteraba, esas cosas
las lleva mi marido, firmaba lo que
me ponían, confío plenamente en mi
marido…). Él no, fue condenado, y en su recurso ante el Supremo ha alegado
que fue sólo un amigable componedor, y
que actuó con la conciencia de que todo
se hacía correcta y legalmente.
Yo
que él, llevaría la conciencia al taller, porque la tiene un poco averiada. No
será ilegal, pero firmar como el duque
em-palma-do es de todo menos correcto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!