Una
de las razones de que las cosas en Cataluña estén como están es que
absolutamente todos los gobiernos de España durante los últimos cuarenta años
han permitido a los partidos regionalistas de esa comunidad autónoma, so capa
de la gobernabilidad (desde mi punto
de vista, sería más correcto decir gobernación
o gobernanza, pero ese es otro
asunto) de España, hacer y deshacer a su antojo, manejando aquello como un
cortijo y consintiendo todos los caprichos y dispendios que se les pasara por
la cabeza.
Ha
dado igual que en el palacio de la Carrera de San Jerónimo el partido del
gobierno tuviera mayoría absoluta por sí mismo o precisara de apoyos
parlamentarios: siempre, siempre, se ha dejado hacer a convergentes y republicanos de izquierda lo que les ha petado:
robar a manos llenas, incumplir las normas, entrevistarse con terroristas y
pactar la no comisión de asesinatos en la región, cercenar los derechos de los
que no piensan como ellos… La indignidad llegó al extremo de afirmar el
candidato a presidente del Gobierno de España que hablaba catalán en la intimidad: si lo hace de forma tan
manifiestamente mejorable como su cónyuge la lengua de Shakespeare, estoy por
apostar que en la intimidad se
entienden en la de Cervantes.
Por
eso, cuando uno lee que el Gobierno cortará el acceso al Fondo de Liquidez Autonómica a Cataluña si no certifica que no destina fondos al referéndum, uno
no sabe si reír o llorar. Porque los necionanistas
no se van a molestar en disimular (demasiado) ese destino de su (nuestro)
dinero… y porque el Gobierno seguirá financiándolos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario