El
asunto del próximo comicio secesionista ilegal, a celebrar el aniversario de la
proclamación de Francisco Franco como caudillo de España (mira que hay fechas
en el calendario, y han tenido que ir a elegir precisamente esa) es tal que no
deja a nadie indiferente, ni siquiera a aquellos de quienes, hasta ahora, no
teníamos razones para dudar de su españolidad.
Por
un lado está la franquicia neocom de
Cataluña –no confundir con el batiburrillo de la bruja Piruja-, que ha llamado a la participación y votación en
dicha mascarada pseudoelectoral. El problema (para la franquicia, claro) es que
adoptaron esa postura antes de consultar al líder
único, que se descolgó diciendo que si fuera catalán, no participaría en la consulta. Lo que pasa es que, como no
lo es, cualquiera sabe lo que acabará haciendo, o diciendo que hará; porque no
hace tanto tiempo en que se mostraba proclive al proceso, como los secesionistas lo llaman por allí.
Si
esto parece surrealista, lo de la franquicia andaluza de los neocom es ya de aurora boreal. No sólo
apoyan la celebración del butifarrendum (se
ve que éstos tampoco han consultado a su jefe de filas), sino que, en el colmo
del despropósito, se ofrecen como observadores internacionales para vigilar el desarrollo del esperpento.
Luego
está Cocomocho, que parece no poder
estarse mucho tiempo callado sin soltar una tontería; tontería con la que su
parroquia, valga la metáfora religiosa, comulga religiosamente, sin importar el
volumen que tenga. Una de las más recientes ha sido decir que tiene miedo (y, aún más, que es lógico sentir temor) porque el Estado está dispuesto a todo para parar
el referéndum. Dejando aparte el hecho de que, tradicionalmente, lo único
que han hecho los gobiernos de España con los necionanistas es, básicamente y valga el retruécano, no hacer nada
y dejar hacer, los secesionistas están tan acostumbrados a saltarse el
ordenamiento jurídico –normas aprobadas por ellos incluidas- que les aterra la
posibilidad de que a alguien se le ocurra aplicarlo. Además, ve enemigos en
todas partes (al estilo de que el que no está conmigo, está contra mí), porque
afirma que los comuns van de antisistema pero en realidad están al lado de Zapatero, Aznar y González (lo
que, siguiendo mi razonamiento anterior, equivale a decir que les van a dejar
hacer sin hacer nada).
Y,
finalmente, tenemos la nota triste. Porque leer que alguien que siempre se ha
declarado orgulloso de vestir la camiseta de la selección española dice algo como No sé si se hará. Yo siempre soy
partidario de votar y de ejercer tu derecho y tener una opinión sobre una
posible situación social que te afectará a ti, a tus amigos y tu familia. Aquí,
y en cualquier lugar, las personas deben involucrarse y no deben quedarse sin
votar demuestra, o bien una hipocresía difícilmente admisible, o bien un
afán de quedar bien casi equiparable al de Fuentealbilla, o bien, simplemente,
no tener ni puta idea de qué va todo esto.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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