En general, discrepo de todas y cada una de las medidas propuestas y las decisiones tomadas por Pablo Iglesias Turrión, Junior para los lectores de este blog. Discrepo de ellas antes todavía de conocerlas, antes incluso de que las proponga o las tome. Así de radical es mi animadversión por semejante individuo, su ideología y su partido.
En general, salvo en un caso. Porque cuando leí la noticia de que había recuperado a Iñigo Errejón para que gane la comunidad de Madrid, no pude por menos de aplaudirle (interiormente, faltaría más, no fuera la gente a darse cuenta, por ponerme a batir palmas así de repente, de que me falta un tornillo… o más de uno).
La izquierda –no hablemos ya los comunistas-, desde hace un cuarto de siglo ya, no ha ganado en la comunidad de Madrid ni en el municipio más importante de la misma. El partido más votado, con diferencia (mayor en la comunidad que en la capital), ha sido el Partido Popular o, como le gusta decir al progretariado, la derecha. Sólo cuando el Partido Popular –y, tras las últimas elecciones, el Partido Popular y Ciudadanos- no ha logrado la mayoría absoluta ha tenido la izquierda acceso al poder.
Así ha ocurrido en el ayuntamiento de la Villa y Corte, donde la suma de neocom –entonces se podría alegar que doña Rojelia no era Podemos, como hizo alguna persona que conozco; hoy ya no caben disfraces, caretas ni disculpas- y socialistas obtuvo un escaño más que la de populares y naranjitos. Como tal circunstancia no se dio en la comunidad, y naranjitos y neocom son como el agua y el aceite, la elección de Cristina Cifuentes como presidente regional era la única alternativa viable a una repetición de elecciones.
Con el político dotado del don de la bilocación (cobrar una beca en Andalucía estando en Madrid no es algo al alcance de cualquier mortal) no cabe llamarse a engaños: es tan neocom que optó a tomar el poder en la formación morada. Perdió y le defenestraron parlamentariamente mandándole unas cuantas filas para atrás (quizá para que el líder único pudiese hacer manitas discretamente con su churri actual).
Resumiendo: creo que, con Errejón de candidato (o con cualquier otro, ya puestos), los neocom no tienen la más mínima oportunidad de ganar la comunidad. Por ello, apoyo incondicionalmente a Junior en esa designación (eso es dedocracia interna, y lo demás son tonterías…).
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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