Para
la progresía internacional, Donald Trump es lo peor de lo peor, una especie de
demonio reaccionario e intolerante que hace que, por comparación, George W.
Bush o Ronald Reagan parezcan ursulinas o hermanitas de la caridad.
Sin
embargo, algunas actuaciones del controvertido mandatario parecerían desmontar
semejante armazón ideológico (el de los progres, digo). Por ejemplo, el que vaya a lanzar una campaña mundial contra la criminalización de la homosexualidad. Tendencia (¿orientación? ¿opción?) sexual que está penada en un
tercio de las naciones del mundo, incluida alguna con la que el progretariado
español mantiene unas relaciones de lo más estrechas.
Pero
vamos, no creo que los retroprogres dejen que la realidad les arruine sus
planteamientos ideológicos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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