En
general, los políticos son ese tipo de gente a la que se podría aplicar lo de haz lo que digo y no lo que hago, porque
la incoherencia entre sus proclamas y su realidad personal tiende a ser
flagrante. Esto es especialmente cierto en el caso de los políticos y
parapolíticos de izquierdas, tanto más cuanto más a la izquierda. Veamos algunos
ejemplos.
Alberto
Garzón es un licenciado en Económicas que se declara comunista (sí, lo sé:
economía –la sabia administración de
recursos escasos, como me la definieron en primero de carrera- y comunismo
son términos que se repelen mutuamente, pero ¿no hablábamos de incoherencia?)…
pero se va de viaje de novios durante un mes a Nueva Zelanda. Aclaro que yo
también he estado allí, aunque no me he casado y, por supuesto, no soy
comunista.
El Chepas criticó a los
ministros que se compraban un ático de seiscientos mil euros. Sin embargo, y
andando los años, él y su calientacamas se han comprado un casoplón cuyo
importe de compra declarado es precisamente el citado (lo de que las
condiciones de la hipoteca sean, cuando menos, peculiares, es otro tema), y que
por lo visto está edificado en terreno protegido (por aquello de la
conservación del medio y demás). Aquí no tengo que aclarar: mi casa no vale
semejante pastizal, ni llegó a valerlo en los mejores tiempos de la burbuja
inmobiliaria.
La
bruja Piruja era algo en la sedicente
plataforma de afectados por las hipotecas. No queda claro en condición de qué
pertenecía a la misma, puesto que la alcaldesa de la ciudad condal nunca ha
tenido un piso en propiedad, por lo que resulta difícilmente concebible que
haya sido titular de un préstamo con garantía hipotecaria.
Una
interfecta neocom –en realidad, todo
lo anterior sólo era para hacer bulto, el verdadero tema de la entrada es éste-
adujo haber sido desahuciada. Luego se comprobó que tal desahucio era falso… y
que la sujeta esta es ocupa y propietaria de dos coches sin inspección técnica ni seguro (elementos ambos obligatorios,
como bien sabemos los que poseemos automóviles).
Lo
dicho, un dechado de virtudes, la tiparraca esta…
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