lunes, 25 de marzo de 2019

Proceso al proceso (14)

Si esta serie de entradas no tuvieran todas el mismo título, la de esta en particular podría ser que antes se coge a un mentiroso que a un cojo.
Los golpistas catalanes no paran de repetir que lo suyo no es más que el intento de dar salida a las aspiraciones seculares de Cataluña. Vamos a pasar por alto que ni seculares (cien años y gracias) ni de Cataluña como un todo (como dijo alguien que no logro encontrar a finales del XIX o principios del XX, se reconocía fácilmente al nacionalista catalán porque solía ser el más tonto del pueblo), y quedémonos sólo con aquello de que España oprime a Cataluña, y que la violencia durante el butifarrendum II provino únicamente de las fuerzas y cuerpos de seguridad estatales (es decir, Polícia Nacional y Guardia Civil).
Esto, como casi todo lo que sale de la boca de los golpistas, es mentira. Es decir, es palmariamente falso y ellos saben que es falso, que es el significado que yo doy al término mentira: no sólo decir algo que no se corresponde con la realidad, sino saber, además, que existe esa falta de correspondencia (si se ignorara estaríamos ante un error).
Porque si los que aspiran a la independencia de Cataluña fueran unos pacíficos merendantes (que diría Rufián), ¿por qué iba la policía regional a advertir a la Guardia Civil, cuando ésta registraba la Consejería de Economía, que si salís con las cajas os matan?
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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