A
algunos quizá les pueda parecer una contradicción (o una incoherencia) el que,
siendo como soy funcionario, me parezca conveniente que el tamaño del sector
público sea el mínimo imprescindible (claro, como ya estoy dentro, qué más da…).
Sin
embargo, dentro de ese mínimo imprescindible hay algunos elementos
irrenunciables. Por ejemplo, el peritaje de violencia doméstica en los juzgados
debería estar a cargo de los profesionales más cualificados posible, o con
mayor vocación de ayudar en un tema tan espinoso y sensible.
Algo
tan obvio parece que se les pasó a los anteriores mandatarios de la junta de
Andalucía, que había privatizado dichos peritajes, privatización que fue denunciada por los colegios de psicólogos. Y la denuncia tiene todo el sentido, puesto que
los encargados de valorar las situaciones no serían los mejores, sino los más
baratos.
Y
ya se sabe que quien compra barato, compra dos veces.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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