Dicen
los Evangelios, o vienen a decir –perdón, Señor, por la irreverencia- que quien
da lo que tiene no está obligado a más. En este sentido, el brazo violento de
los golpistas catalanes –me refiero a los sedicentes comités de defensa de la república- está demostrando ser más fieles
que nadie a la letra del trabajo literario de Marcos, Mateo, Lucas y Juan.
¿Por
qué digo esto? Porque a comienzos del mes pasado estos alegres grupitos de
gente pacífica y tolerante (nótese la ironía) se dedicaron a llenar de mierda
una veintena de juzgados sitos en Cataluña. Que además lo hicieran en medio de la
impunidad más absoluta es otro cantar. Desagradable, además.
Resumiendo:
son mierda, dan mierda. No están obligados a más… aunque, hay que reconocerlo,
es improbable que sean capaces de más.
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