Cuando
leí el titular de que Sánchez usará las listas electorales para imponer un PSOE a su medida, lo primero que pensé
es que ya se podían ir preparando todos aquellos que se hayan opuesto a Sin vocales, o de los que siquiera pueda
sospechar que se le han opuesto. Va a hacer una purga que ríete tú de las de
Stalin (sin sangre esta vez, espero).
También
pensé que sin el Rodrigato dejó al
partido de la mano y el capullo convertido en un erial intelectual, el Sanchato lo va a dejar, si es que
sobrevive, con el encefalograma plano, aunque encantado de haberse conocido y
convencido de ser más guapo y progresista que nadie.
Y,
francamente, no sé qué resultados electorales puede cosechar semejante
alineación, de radicales fatuos y sin escrúpulos (lo que, en el caso de los socialistas, ya es algo que casi parece inscrito en su código genético). En las últimas elecciones, dctr
Snchz ha taladrado vez tras vez el suelo electoral socialista, tanto a
nivel nacional como regional. Sólo la alianza con los neocom les permitió retener algo de poder territorial, y sólo (o
esa es la impresión que tengo) cuando el candidato local o regional se apartaba
un poco del radicalismo de Begoño obtenía
unos resultados más o menos decentes.
Claro,
que entonces había un Potemos pujante
y en crecimiento, y ahora va de capa caída. Lo que, unido a que en España hay
mucho tonto, pueden dar cualquier resultado…
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