martes, 28 de enero de 2020

Progre es el que ordena tonterías

Los progres de salón –bueno, ahora que lo pienso, todos en general- tienden a tirar de demagogia a poco que se despisten. Y teniendo en cuenta que suelen andar bastante despistados, su apelación a este recurso suele ser bastante frecuente.
La alcaldesa de Barcelona es una progre de manual. Buena para nada, aprovechategui, despilfarradora del dinero de los demás, las tonterías que dice sólo son superadas por su bajeza moral. Hace un par de semanas se superó, porque mató dos pájaros de un tiro: declaró el estado de emergencia climática (sea eso lo que sea y entienda ella lo que entienda por eso; bueno, además de un pretexto para restringir la libertad de los demás, algo en lo que los progres también son peritos diplomados) y ordenó reducir la carne en los menúes escolares.
Un grupo de entidades cívicas y ecologistas seleccionadas por la administración municipal (entre sus amigachos, sin duda alguna) sentó las bases del documento con el que se pretende reducir la emisión de gases de efecto invernadero en un cincuenta por ciento en un plazo de diez años (nuevamente, los progres demuestran que pretenden ordenar la vida de los demás sin importarle la duración de sus mandatos). Así, a las limitaciones para circular de los vehículos que no cumplan con los estrictos requisitos medioambientales del municipio se sumarán nuevas oleadas de prohibiciones, la delimitación de más zonas reguladas, propuestas para la generación y uso de energía solar en edificaciones privadas, la rehabilitación energética (sea eso lo que sea) de las viviendas particulares, la reducción de los plásticos de un solo uso, la recogida de basura puerta a puerta (es de suponer que a pie, ¿no?; porque los vehículos de basuras contaminan), la lucha contra la contaminación acústica (que, vaya usted a saber cómo, ahora resulta que también debe contribuir al efecto invernadero) y como gran novedad, la limitación de la carne en los menús escolares.
La bruja Piruja pretende conciliar las necesidades nutritivas de los niños con la preservación del medio ambiente y considera probado el impacto en el medio ambiente de las explotaciones ganaderas, por lo que ha decidido incluir la reducción de la carne entre las medidas contra el denominado cambio climático; sin consultar con médicos y nutricionistas, por supuestos, porque qué sabrán ellos de lo que es bueno o malo para unos organismos en desarrollo.
Entre las ideas compradas por la alcaldesa figuran también la figura de un experto por distrito en materia de ecología (nueva vía de colocación de amiguetes), la creación de refugios contra las olas de calor (en cámaras frigoríficas, deduzco) y el fomento de la alimentación de proximidad (como hacen los pájaros con sus crías, es de suponer).
Por si hiciera falta decirlo y alguien no se hubiera dado cuenta, esa individua no me cae nada bien.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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