domingo, 5 de enero de 2020

¡Que viva Cartagena!

Una de las razones que llevaron al fracaso de la Primera República española fue el localismo exacerbado o, como se dio en llamar, el cantonalismo. No sólo las regiones se declaraban autónomas, sino que hasta en las provincias e incluso las comarcas nacían ínfulas de secesión e imperialismo.
El epítome de todo esto fue Cartagena, cuyo cantón no sólo se proclamó independiente, sino que incluso declaró la guerra a los territorios vecinos. Como todo lo demás relacionado con el primer experimento republicano en la piel de toro, terminó tan deprisa como comenzó.
Sesenta años después, las cosas seguían más o menos igual. Es decir, no a cualquier población –iba a escribir poblacho, pero lo mismo me está leyendo algún cartegenero y se me molesta- le daba por declararse independiente, pero sí a los que desde entonces, en cuanto se ha aflojado un poco la mano (que es otra manera de decir que durante el franquismo se estuvieron bastante calladitos), han constituido un grano en el culo de la integridad territorial patria: es decir, a los secesionistas en Vascongadas y Cataluña.
Todo ello con la habitual connivencia, cuando no directamente apoyo y complicidad, de la izquierda en general y de los socialistas en particular. En Cataluña, el maricatalino culebrea haciendo guiños a los secesionistas (este pánfilo todavía no se ha enterado que entre el original y la copia –copia mala, además-, los separatistas siempre optarán por el original) e incluso se atreve a poner número a las naciones que, según él, integran España (aunque no las ha enumerado, que yo sepa).
Mientras, en Vascongadas uno de los dirigentes de la franquicia regional socialista afirmaba, tan tranquilo, que Castilla La Mancha es una nación. Y claro, semejante afirmación no podía por menos –evidentemente, no creo que haya una relación de causa a efecto entre lo anterior y lo que sigue, pero a efectos de redacción queda… bueno, eso, efectista- de excitar los adormecidos aires identitarios de León, que sostienen que su unión con Castilla en una comunidad autónoma es algo artificial (o calificativo semejante, creo recordar, pero ¿qué institución humana no es artificial, quizá excluyendo la familia?) y que les perjudica.
Eso sí, para la nueva región leonesa cuentan con las provincias de Zamora y Salamanca, aunque no consta que en el ayuntamiento leonés hayan consultado a los de sus vecinas capitales de provincia. Y en cuanto a lo de justificar su reclamación en que hace mil años existía un reino de León, y que las demás regiones pueden tener un derecho igual pero no superior, se olvidan al parecer de Asturias, cuya existencia como reino precede en unos cuantos siglos al de León (ya se sabe, Asturias es España, y el resto es tierra reconquistada).
Y aunque en la capital de provincia populares y pomelos mostraron sensatez y votaron en contra de la iniciativa, en otros tres pueblos los concejales del partido de la gaviota apoyaron mociones favorables a este dislate.
Con lo que queda demostrado que no es que la estupidez vaya por barrios, sino que va por todos los barrios.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

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