lunes, 4 de julio de 2016

Era cuestión de tiempo

Cuando se empezó a legalizar el sedicente matrimonio homosexual (a lo que me opongo, sobre todo, es a que se le llame matrimonio), mi comentario fue: ¿y qué pasa con Agamenón y su cabra? (para entender el comentario hay que haber escuchado las canciones de La Trinca en los ochenta).
Bueno, pues el pastor y su rumiante ya pueden emigrar a Canadá, donde les comprenderán perfectamente, porque el Tribunal Supremo de aquel país ha legalizado el sexo con animales si no hay penetración. Lo que me lleva a pensar que estos entienden por relaciones sexuales más o menos lo mismo que Bill Clinton.
Esto sí que es el acabóse de la civilización occidental, y lo demás son pamemas…

¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!

No hay comentarios: