Cualquiera
que siga este blog desde hace tiempo sabe que por Pilar Mojón siento una simpatía inexistente y la lástima justa. Una persona
que antepone –también es verdad que no me encuentro en su situación, ni deseo
hacerlo- sus convicciones políticas a sus sentimientos como madre –o, por
decirlo de otra manera, que utiliza su desgracia para hacer política- no se
merece mi respeto.
Por lo
tanto, que deje la presidencia de la asociación de víctimas del 11-M me deja
completamente indiferente. Si esas víctimas la han mantenido una década larga
en el puesto, es asunto suyo, no mío. Y si ahora quien ocupará esa presidencia
es el exmarido de la hasta ahora presidenta es también asunto de ellos, no mío.
Les deseo
lo mejor. A las víctimas, no a los politizadores en cuanto tales. En cuanto
víctimas, lo mismo que a sus presididos.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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