Decía
Manuel Fraga Iribarne que un socialista es alguien capaz de afirmar una cosa y
la contraria (suele apostillarse y
sostener que ambas son ciertas y progresistas). Yo suelo definirles como
aquellos que se dicen de izquierdas pero viven como nos gustaría vivir a los de
derechas.
Ni
una cosa ni la otra es cierta… no del todo, al menos. En realidad, un
socialista –y, por extensión, cualquier político de izquierdas- es alguien que
predica una cosa y hace justamente la contraria. Algunos me dirán que los
políticos de derechas hacen exactamente lo mismo, pero –dado que servidor se
considera de derechas- mis lectores entenderán que en este último caso
considere ese comportamiento algo menos hipócrita.
Ya
he mencionado cómo, tras despotricar contra la reforma laboral aprobada por el
gobierno del PP, sindicatos y partidos de izquierdas (y hasta miembros del
mundo de la cultura) la han aplicado
cuando les ha convenido, sin poner el grito en el cielo ni rasgarse las
vestiduras por verse obligados a hacerlo.
Los
últimos en adherirse a tan simpática
costumbre han sido los neocom del
Ayuntamiento de Madrid. Después de bramar, como es costumbre, contra la
precariedad del mercado laboral y las altas tasas de paro (paro que se debe, en
gran medida, a la deficiente gestión de la crisis que hizo el que para Junior es el mejor presidente de la democracia), ahora se descuelgan, como medida para paliar la tasa de desempleo (más elevada en el izquierdista ayuntamiento que en la derechista comunidad) con una oferta de trabajos en prácticas por
seis meses a parados a cambio de cobrar el salario mínimo.
Para
ese viaje no necesitábamos alforjas, me parece a mí.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario