Suele
asociarse (por la izquierda) el antisemitismo con la extrema derecha, por
aquello de los nazis. Sin embargo, tiende a olvidarse que nazi es el apócope de nacional-socialista,
y que el partido nazi fue, en sus orígenes, de izquierdas (como el fascista);
también que los progromos tan
habituales en el imperio ruso no desaparecieron con el advenimiento de la Unión
Soviética, sino más bien todo lo contrario.
Por
ello, a los que tenemos un poco de cultura histórica no nos resulta extraño
que, en la actualidad, las soflamas antisemitas más virulentas procedan, no de
partidos de extrema derecha (que actualmente tienen un chivo expiatorio más
inmediato e indudablemente más peligroso que los judíos; me refiero a los
inmigrantes musulmanes, que esos sí que se muestran inclinados a acabar con la
Europa cristiana sin necesidad de recurrir a conspiranoias), sino de partidos
de izquierda, de la moderada (que extienden sus aborrecimiento –de boquilla,
que luego bien que se despepitan por el american
way of life- a EE.UU. a su aliado más fiable en Oriente Medio) a la
extrema.
En
este contexto se encuadra el hecho de que los paleocom españoles, ante la visita relámpago que Obama realizó a
España, convocaran manifestaciones en su contra (desconozco las cifras de
asistencia, pero no me extrañaría que hubieran sido irrisorias) con un cartel clara e indudablemente antisemita.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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