Resulta
bastante irónico, por no decir sarcástico, que fuera un gobierno socialista el
que promulgara la llamada Ley de Economía
Sostenible. Prueba de la ignorancia de la izquierda en esa materia (la
económica, digo) es que la sostenible
es la única economía posible: la insostenible
lleva directamente a la ruina, como bien saben en los países del antiguo bloque
soviético o, por poner ejemplos presentes, en Cuba y Venezuela.
Con
los ígnaros al mando de la nave municipal madrileña, los habitantes de la Villa
y Corte tendremos (tenemos) ejemplos de sobra para confirmar lo que antes he
dicho. Para empezar, el equipo de (des) gobierno de doña Rojelia prepara una subida de impuestos para recaudar (ese es
el objetivo) ciento ochenta y cuatro millones de euros. Como parece que nadie
en ese grupo ha leído a Laffer, convendría aclarar que una subida de impuestos
no siempre provoca un incremento en la recaudación, sino que en ocasiones el
efecto ocasionado es justamente el contrario.
A pesar
de todo, y aunque consiguieran sus objetivos, podría no ser suficiente, ya que
las cuentas del concejal de Hacienda no le cuadran: presentan un desvío de más
de medio millardo de euros. Quinientos ochenta y nueve millones, que se dice
pronto.
Lo dicho:
de cabeza a la ruina. Y se lo debemos, no a estos neocom de las narices, sino a los socialistas que les encaramaron
en la poltrona para que no gobernara el grupo más votado.
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