Era
cuestión de tiempo que Nicolás Sarkozy anunciara formalmente su candidatura a las elecciones presidenciales francesas del año que viene, y más con el inane
que ocupa actualmente el palacio del Elíseo, más noticia por sus líos de alcoba
que por sus logros políticos, interna o externamente.
En puridad,
lo que ha anunciado Sarkozy, al modo de lo que ocurre en Estados Unidos, es que
se va a presentar como candidato para ser candidato por su partido. Este trabalenguas
se aclara diciendo que piensa concurrir a las primarias. Y como quien da
primero tiene la ocasión de dar dos veces, allá que va el petit Nicolas.
Nunca
he ocultado las simpatías políticas que me inspira Sarkozy, y ello
fundamentalmente por dos razones. La primera, que en este mundo de dobleces,
hipocresía y corrección política, tiene la rara virtud de hablar bastante
clarito. La segunda es, claro, fruto de mi inveterada aplicación de la doctrina Mafalda: si Sarko pone de los nervios a los progres,
algo bueno tendrá.
La cosa
se pone interesante al otro lado de los Pirineos…
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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