Cada
vez que leo noticias como que los críticos de Podemos Galicia amenazan con crear una estructura independiente
me viene a la cabeza una canción de La
Trinca que retrataba a dos depositarios
de las esencias de sus respectivas formaciones políticas que, a fuerza de
sucesivos descartes, acababan por quedarse más solos que la una.
Claro
está, que semejante situación se produzca en cualquier partido de la izquierda
española, y más cuando se trata de uno de extrema izquierda de tan rápido
crecimiento, no me produce el menor de los dolores. Es más, cuando en la pasada
legislatura las disensiones centrífugas amenazaron con hacer saltar por los
aires el tercer grupo parlamentario por número de diputados (ese que pretendía
ser uno y tetrino), casi casi
aplaudía con las orejas.
Por otra
parte, resulta de lo más irónico que una formación que abomina tanto del sistema por considerarlo corrompido y
nada democrático, recurra a él cuando las cosas van mal dadas. Me refiero al
hecho de que esos críticos hayan llevado al juzgado la cancelación de las primarias en su región.
Pues
nada, al ritmo al que avanza la justicia en España, con un poco de suerte la
resolución se promulga para cuando hayan desaparecido. O haya desaparecido
España. O el caballo haya aprendido a hablar.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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