Si algún
día los neocom llegan al poder en
España (al gobierno del país, quiero decir), los que les votasen no tendrían
luego ningún derecho a quejarse de las medidas que tomasen y de la ruina segura
a la que conducirían al país.
Y no
tendrían derecho alguno porque para anticipar dichas funestas consecuencias
sólo deberían haber vuelto su mirada hacia el Este. Allí, en la cuna de la
civilización occidental, gobierna desde hace tiempo un partido hermano del de Junior y sus círculos, su becario
ubicuo, su minusválido defraudador de la Seguridad Social y sus jóvenes
acosadores.
Ese partido
de extrema izquierda (me refiero al heleno, no al ibérico) llego al poder
prometiendo cambiar las cosas, y esa es la única promesa que han cumplido,
porque las han cambiado… pero a peor. El gobierno griego, presidido por el
sosias de Fostiatus, ahoga a sus compatriotas en un mar de impuestos y sanciones.
Vamos,
casi como doña Rojelia, pero sin carmenadas.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario