Si a
alguien conocía Eric Blair bastante bien, era a los comunistas. Los retrató de
manera magistral en su conocida Rebelión
en la granja, en la que, bajo la apariencia de cerdos, podía identificarse
con bastante facilidad a los principales protagonistas de la revolución rusa. La
esencia del estado soviético se sintetizaba en la conocida frase de todos los animales son iguales, pero algunos
son más iguales que otros.
Un siglo
después del ascenso de los bolcheviques al poder, y tres cuartos desde que se escribiera
la novela citada, las cosas no han cambiado ni un pelo. Los neocom se servirán mejor de los medios
de comunicación, las tecnologías modernas y la retórica hueca, pero en lo
esencial son idénticos a los paleocom.
Lo demuestra
el caso de la Operación Chamartín. Tumbada
por doña Rojelia y sus muchachos, y
sustituida por un infumable e irrealizable pastiche, tanto PP como Ciudadanos
han solicitado en las Juntas de Distrito que se realice una consulta sobre la
materia. Tan partidarios en otras ocasiones de elevar a consulta popular
cualquier sandez o zarandaja, en este caso la coalición gobernante en la Villa
y Corte se ha negado en este caso a realizarla, justificando su negativa con la
excusa de que un referéndum no es siempre
lo mejor.
Sobre
todo, cuando son otros los que lo proponen para desmontar una patochada neocom. Que se os ve el plumero,
listillos…
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