No
hace mucho comentaba que España –la España actual- es cualquier cosa menos un país serio. En un país serio, un terrorista inhabilitado para ser candidato a
nada ni se plantearía concurrir a unas elecciones. En un país serio, ni siquiera
un partido de extrema izquierda defendería el derecho de semejante miserable a ser candidato. En un país serio,
un partido sedicentemente socialdemócrata, pero cada vez más escorado en los
últimos tiempos hacia la izquierda extrema, impugnaría la citada candidatura en
lugar de justificar su no impugnación diciendo que dicha impugnación ayudaría al partido político terrorista. En un país serio, un fiscal regional –recordemos
que el Ministerio Fiscal está sometido al principio de jerarquía y que debe
actuar siempre en interés de la Ley- no diría que los terroristas tienen
argumentos legítimos para presentar
como candidato a quien la Fiscalía de la Audiencia Nacional ha recalcado que es inelegible por estar inhabilitado.
Pero
España no es un país serio. Por eso en él sucede todo lo anterior.
¡¡¡VIVA ESPAÑA!!!
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