El Manifiesto del partido comunista se publicó en 1.848. Es por tanto, anterior a la famosa frase de Abraham Lincoln que dice que Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo, puedes engañar a algunos todo el tiempo, pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo.
Como los marxistas, al igual que los musulmanes,
profesan una ideología esclerotizada, que no ha evolucionado un ápice -salvo a
peor-, siguen teniendo la misma mentalidad que en sus inicios (un par de siglos
escasos en el caso de los epígonos del jeta profesional, casi milenio y medio
en el caso del pastor pedófilo). Por lo tanto, siguen creyendo que es posible
engañar a todos siempre.
Por eso, al menos en el caso de los
españoles, afirman sin rubor una cosa y la contraria, y se quedan tan anchos…
sabedores de que habrá mucho que se traguen semejantes ruedas de molino porque,
al fin y al cabo, no gobierna la derecha.
Ya llego al meollo de esta entrada, y al final de la misma. Para que los ierreceos apoyaran la investidura del filosofo perico, los de la mano y el capullo firmaron un acuerdo de financiación de la región que era, en la práctica, un concierto económico equivalente al vasco (y, por lo tanto, igualmente injusto para el resto de los españoles). Y hace menos de una semana, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer, con Petisú al frente, negaba que el pacto supusiera un concierto, a pesar de que dicho pacto establece que la administración regional recaudará el cien por cien (la última vez que estudié Matemáticas, eso significaba todos) de los tributos de la comunidad autónoma.
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