Desde que los tiempos de Pedro I, que yo recuerde, Rusia (o la Unión Soviética, tanto da que da lo mismo) no ha ganado nunca una guerra de agresión: de Japón a Afganistán, cada vez que Moscú ha atacado ha perdido.
Las defensivas son otra cosa: la extensión y
el clima -el famoso General Invierno- juegan a su favor, por lo que les
basta retirarse y esperar a que el enemigo se agote para contraatacar y,
entonces sí, alcanzar la victoria.
Por eso, en el titular Giro inesperado en la guerra, Ucrania invade territorio ruso y hasta el Kremlin reconoce que ha tomado veintinueve pueblos, lo de inesperado casi sobra. No es sólo
que sean eslavos contra eslavos: es que tiende a olvidarse que el origen de
Rusia se encuentra en el Rus de Kiiv.
Es decir, que no es que Ucrania no sea rusa: es que Rusia es ucraniana.
хай живе україна!!!
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