Hay una cierta satisfacción ver a un necio sufriendo en sus propias carnes las consecuencias de aquellos que no hace tanto defendía.
Es el caso del actor Daniel Guzmán, que años
atrás realizó un corto a favor de los neocom que ridiculizaba el rechazo
a los partidos proetarras, a la preocupación de las similitudes de pensamiento
de Podemos con Venezuela o al miedo a la ocupación o expropiación de viviendas.
Pues bien, hace un año, tres jóvenes fueron
desalojados forzosamente de una casa en Moncloa-Aravaca. El propietario y uno
de los que les desalojó fue Daniel Guzmán, que ahora se enfrenta a una condena por agresión en este incidente con ocupas. Durante el proceso, Guzmán negó su
participación y no se presentó a la vista oral. Sin embargo, un video grabado
por los ocupas fue clave para su identificación en el proceso judicial.
No deja de llamarme la atención que todos estos desfavorecidos, por miserable que pretenden que parezca su vida (de los que llegan en patera a los que piden a la puerta del supermercado), siempre tienen un móvil a mano.
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