Que la televisión pública estatal se ha convertido, más que de costumbre, en una máquina de propaganda al servicio del poder político de turno -en este caso, el desgobierno socialcomunista que tenemos la desgracia de padecer- es algo que no sorprende a casi nadie.
Lo que sí sorprende es la clase de
indocumentados que envían a cubrir eventos de magnitud, como pueden ser los
juegos olímpicos -y no las olimpíadas, que es el periodo de cuatro años que
media entre juego y juego- que se están celebrando en París.
Pues resulta que un juntapalabras -me niego a
llamarle periodista- de Televisión Española confundió a la princesa Leonor y la
infanta Sofía, hijas de Sus Majestades los Reyes de España, a quienes Dios
guarde muchos años, con jugadoras descartadas del equipo de hockey.
¿En qué mundo ha estado viviendo semejante alma de cántaro, por el amor de Dios?
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